Está compuesta de elementos adheridos a los dientes —bandas y brackets— a los que se anclan firmemente unos finos arcos elásticos de aleación metálica — níquel-titanio — mediante un conjunto de ligaduras.
Brackets
Los tratamientos de ortodoncia, generalmente, se llevan a cabo con «brackets», que pueden ser metálicos o estéticos.
Brackets metálicos
Los brackets metálicos son los más comunes debido a que son fiables, resistentes y la fuerza que aplican no se ve disminuída con el tiempo, por lo que el tratamiento tiende a ser más corto.
Brackets estéticos (zafiro)
Se pueden encontrar diversos materiales con los que se elaboran brackets estéticos: plástico, cerámica, zafiro o policarbonato, siendo los de zafiro más resistentes y no se manchan, al contrario de los brackets de cerámica. El arco debe ser metálico.
Brackets linguales
Se colocan en la cara palatina y lingual de los dientes, por lo que no son visibles. El proceso de funcionamiento es similar al de los brackets tradicionales aunque, por norma general, suelen presentar mayor incomodidad en el paciente al estar en continuo contactos con partes blandas de la boca, como la lengua.
Brackets autoligados
Estos brackets autoligables se diferencian de los brackets convencionales en que no es necesaria la instalación de ligaduras para fijar los arcos a los brackets, lo cual proporciona un movimiento dentario más confortable y más rápido, obteniéndose tratamientos más cortos y con citas más espaciadas en el tiempo. Además, la mejoría en la estética facial y de la sonrisa es realmente sobresaliente con este tipo de aparatología.